bebés y filmada para comercializada en este antro por donde te arrastro, me arrastro Pizarnik. No sé cuál de las dos repta más bajo el túnel de tierra, de mi sueño del fin de semana de tu muerte, buscando la salida con las uñas escarbando y una antorcha encendida en la mano. No sé; o sí: Yo me arrastro y sólo veré la salida cuando la total consunción de la tea cuerpo que me sirve de prisión goce ninguno.
No hubo violencia. Según la sociedad en que vivimos representada por ese fiscal no hubo violencia, incluso pueda decirse, y si el bebé testificase así hiciese, que el bebé gozó mientras le reventaban por dentro, incluso a su psique, introduciéndole objetos foráneos, y ni siquiera importa el tamaño y menos que nada la higiene si a reventarle los intestinos van.
Desconozco cómo etiquetarlo. Horror, escuetamente, la sociedad del horror en que todos viven tan felices tan realizados
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Hace 9 años
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