"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






lunes, marzo 12, 2007

El Teide desde sus rojizas proximidades

Vic. Vic. Pídeme derechos de autor cuando pueda dártelos. Pero antes regalemos a los espectadores premonitorias o retrospectivas imágenes del Teide, esa misteriosa puerta de fuego que para los ancestros guanches dividía el más allá del más acá, ese portalón con el nombre de Echeyde (el Infierno, mas no lo que nosotros concebimos por infierno) presente en todas las manifestaciones míticas, místicas, religiosas de todo el orbe, desde el sintoísmo aquí, y en cada lugar su nombre, en el sinto la puerta Torii sin paredes ni techo, cual todo un quicio dimensional por el que desaparecen los espacios que separan, los tiempos. Y esto es lo que aguarda detrás de esa puerta de lava o fuego, del infierno: Echeyde, estas sombras que se abren a la prealba de tu espíritu, palabras que traducen al quechua el arameo lama sabaj tani, por qué me has abandonado, exhalado por el crucificado hebreo.
PREALBA DEL ESPÍRITU: Pie de foto. Desde el valle de sombras o lágrimas. Y he ahí una puerta Torii que pareciera no abrirse a nada que no estuviese ya abierto; pero siendo tan lo mismo lo de a ambos lados de la puerta, cuán diferente si el pasaje estuviese mediado por las adecuadas fuerzas físicas... o psíquicas, si tal es el poder de la mente que puede extraer de ese mundo mismo al parecer, otro tan diferente. En mi sueño una puerta verde (como la de la canción "¿Qué habrá tras de la puerta verde?") y detrás una playa colindando con un mar de luz que contiene a los muertos. Alejandra en su escrito "La mesa verde" unos días antes de su propia muerte: Me rememoro al sol de la infancia, infusa de muerte de vida hermosa. Soy tu niña calcinada por un sueño implacable. La errancia, la canción de nosotros dos, tiemblo como en una metáfora, el alma comparada con una candela. El mar esconde sus muertos. Porque lo de abajo tiene que quedar abajo.
Y mi mar era de luz, aunque contuviese a los muertos en un abajo que simplemente es un dentro (Ay de las dimensiones, cuando algo las rompa, cuando se escuche esa música torii que está por sonar, amiga tauro del alma); y mi mar era de luz detrás de una puerta verde que también puede ser roja.

Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo