¿Sólo después de la muerte se ve la gran mezquindad con la que la luz fue siempre sepultada?

¿Sólo después de la muerte se ve la gran mezquindad con la que la luz fue siempre sepultada?
¡¿O es ahora el momento para gritároslo,
escupíroslo a la cara?!

Aquí estamos ante una poeta finlandesa que escribe en sueco arcaico.
Aquí estamos…
Y me estoy viendo yo.
Yo hablando claro a principio de siglo
del problema de Dios,
del problema central de la tradicional cosmología,
mitología si se quiere,
teología, si se abarata esto hasta esos términos.

El problema central:
Dios,
la Gran Singularidad inicial.

Edith:
El mundo se baña en sangre porque Dios tenía que vivir.
Para que su gloria persista tenía que perecer todo lo demás.
….
Por eso envuelve a la Tierra en ceguera y noche.
Por eso es cruel su mirada.
Sus manos de creador aprietan fuerte la Tierra.
No sabemos lo que crea.
Pero avanza aterrador sobre sentidos aturdidos.
Es como un vértigo ante la boca del abismo.

Esto es conocer a Dios.
Esto es empezar a conocer a Dios…
Barata teología va por vosotros dicho.
Clarificar no es negar la evidencia,
sino mostrarla:
el dolor sin sentido de lo humano y no humano,
la desgraciada lucha para acabar siempre perdiendo,
la danza del enemigo labrando siempre nuestra perdición.
Ya no es un dios abstracción,
ya es el único auténtico y vergonzoso dios:
TODOS VOSOTROS
su sucísima imagen.
No es vuestro dios espantapájaros,
dios desconocido,
dios asesino.
Es…: TODOS.

Y sigamos con las palabras de Edith,
tan vuestro perfecto retrato,
más que mío o suyo:
El mundo se baña en sangre porque Dios tenía que vivir.
Porque ¿tenían que nacer los que no merecen la vida?
¿Para que vuestra gloria persista tenía que perecer todo lo demás?
¡¿De qué mamarracha gloria a los asesinos dedicada hablamos?!
Como un vértigo ante la boca del abismo
este Dios que envuelve a la Tierra en ceguera y noche.
Espejo para que os veáis:
Todo está en conocerse.
Haced algo por dejar de “asombrar”,
crear las imprescindibles sombras favorecedoras
de vuestras glorias de muertos basadas en los crímenes;
cread luz;
¡o no la sepultéis!,
no la sepultéis para ornar vuestros cadáveres
con la vida de ella.
¡No os elevéis a la categoría de ejemplos
mientas nos enmudecéis a quienes sí nacimos para serlo!
ser la Voz la Luz del mundo,
poetas (poesas, ahora, 2008, diría) encadenadas por nuestras lenguas
al más cruel de los destinos:
Nacimos, nosotras sí nacimos para asombrar de veras,
iluminando no creando sombras;
nacimos para iluminar y se nos apartó a todos los rincones,
debajo de todas las mesas, todos los escenarios,
acaparados por vosotros, los criminales,
los que sí “asombran” al mundo
cubriéndolo de sangre como el dios del que habla Edith.
¿Nuestra luz tenía que morir para que viviesen vuestras sombras?
¿El mundo se baña en sangre porque Dios tenía que vivir?

Poema salvado, como digo en mi "Solo veo rosas 3" de un disco "Amstrand" en un tratamiento de textos que llevaba sin uso cuatro largos años. Entre esos discos estoy buscando algo realmente largo dedicado a Alejandra Pizarnik tras su venida a mí de forma tan "inusual", algo titulado a medias con palabras de ella" "Sólo nombro la luz... para nombrarte".
Dejo enlaces también con mis poemas de vuelta, y otras prosas esclarecedoras, en mi "Solo veo rosas 2", el porqué de una vuelta; y con "Sexo del alma" and "I only see roses II" para que vean de que modo tan "categórico", o tan sexo sin alma, se me recibe.