Pienso en la tortuosa vida jalonada de muertes

.... Y entran ganas de ponerse a fumar como una descosida, e importar un comino este vivir a la espera de milagro mayor que el que ya me aconteciera: Oír la voz de una muerta, desconocida, ella y más su voz, del todo para mí hasta el día en que me asaltó su libro: su carne viva, llaga abierta. Vivir a la espera de un milagro mayor que ese, pues a la espera de la justicia aquí en la Tierra... O a la espera de la Justicia mayor: el fin de todos los fluyentes tiempo-espacios conocidos.
Yo que pude morir al año y algo de visitarme la Voz y la presencia espiritual de aquella muerta, su mágica luz lila zigzagueando sobre mi pecho entrándome por ahí directamente al corazón, entrándome por la respiración de mi boca entreabierta de asombro, yo que pude morir, y ahí estuve, en aquella cama de hospital presenciando la boda de.... esta mujer que ve ahora morir a su hermana (cual yo vi a la mía) del modo en que muriese la que a mí se apareció, y no su aparición, sino tantos otros sucesos, tanta vida estafada, me condujeron a aquella cama de hospital desde la que anonadada contemplaba una boda en la Tierra, mientras la mía de los cielos, o Cielas, sólo era otra más de mis "locuras" a mantener en silencio, o a pagar a alguien para que la escuchase, o a decir a alguien que la oyese desde el ejercicio de una... miserable profesión. Todas las profesiones mucho más que pequeñas, miserables, a la hora de la tragedia de los sentimientos, siempre será trágico todo auténtico sentimiento tal como está el mundo conformado, todas las profesiones miserables, y mucho más que ninguna la estúpida psiquiatría. "La criminal psicología psiquiatría", etiquetaba en el otro diario, y aquí también lo haré. La criminal, e inútil. Ahí la tienes: lo muy capaz que es de predecir o socorrer a cuantos tienen su vida en el más horroroso peligro emocional.

Pues bien cierto sigue siendo Poesis que tú eras (ya no podrás ser jamás) la Gran Terapeuta. Tú a la que acorralaron hasta la inexistencia. Tú eras la Gran Terapeuta, y Guía para toda restante humana actividad, tú que supiste el origen que ahora ¿definitivamente? se cerrará, cual la voz de las profundidades de la Tierra en los oráculos de las Sibilas, esas únicas mentes de dios, se cegó cuando a ellas se las exterminara. Tú eras la Gran Terapeuta y todo te exterminó Poesis, ¿qué pueden esos usurpadores sin alma, sólo con un montón de indigeribles, por torpes o incorrectas, letras, qué pueden saber sanar salvar?, usurpadores sin alma que llevan por nombre de su "ocupación" el "conocer" el alma, el "curar" el alma. ¿Conocen lo que no son, curan lo que desconocen? No hay seres más repulsivos. Sólo las vomitivas religiones y los sinvergüenzas, cuando no anormales, de sus ejercientes, se les comparan en desfachatez.