Juego simbólico para estas Navidades y se dejen ustedes de tanto escrable más papanático que el parchise, ¡chís!, ¡chissss! Simbolícense,

o des-lo-mismo
Levántense sus cartas astrales, ni es nada costoso ni dificultoso, aunque yo haya recurrido aquí a que me la dibujen otros, como ustedes pueden. El juego de los símbolos viene luego.
Creo que la verdadera carta de Alejandra es la lanzada para las dos treinta de la mañana, aunque para las tres de la mañana puede apreciarse igualmente ese hermoso trígono de trígonos de su medio cielo, dos, cinco... Trinidad mía, del Amor, la Tierra: tu Jardín. El "rey de los judíos", el cacareado Mesías, no pudo estar exento de un trígono como éste. Trinidad cortada por el gran navajazo ascendente-descendente, medio cielo:
Gran oposición del yo con los otros, el mundo. Ningún planeta ahí presente, en la luctuosa casa, marca la muerte, carece de la posición del suicida: los regentes del signo o los signos ocupados por la uno domiciliados en la casa ocho, instantánea que en mi horóscopo aparece. Mas no falla el símbolo: Los regentes de su casa de la muerte están en la dos: el dinero que se ingresa mediante las ocupaciones de uno, y en la cinco, la casa del amor, las creaciones, los hijos. ¿Y qué mató a Alejandra?, ¿nuevamente lo diré?: El talento creador en su más alto grado o nivel de pureza y la remuneración que para el mismo ofrece el mundo, eso mismo: muerte....
Y como en "Solo veo rosas", mes de noviembre 2005 seguramente, ya hice un apunte, bastante extenso, de nuestros Loróscopos comparados (como ella lo llamase: loróscopo, loroschata) Sólo tengo que reunir esta página con aquélla, pegarla con scochtape: corregir, resumir, ampliar, más bien ampliar que es lo que a mí se me da de divina cuerda de ahorcado, El canto del suicida en su último grito que te utiliza como su cuerpo de mujer: Voz de Alejandra en el crepúsculo.
Ampliar hasta... llegar a pronunciar con la misma desesperación, amargura o paranoia que JuanRa. nuestro nobelado Jiménez: "Mi gran tragedia es haber creado mucho más de lo que jamás podré recrear. Mi obra, mi pobre obra, mi único hijo, mi solo hijo, mi amado hijo...." ¡Y llega a ser tal la empachez del hijo por la obra o la obra por el hijo, que hasta mi propia desesperación ante lo mismo: mi obra, mi pobre obra, mi desgraciada obra que jamás podré salvar... me llega a producir risa! Lo juro.
Y es trágico. Es una gran pena, pérdida, tanto para el mundo como para una, que nuestra obra se pierda, cual llorase Juan Ramón por la suya. De esa misma imposibilidad, desesperación: "Lo principal de cada uno es indecible" (lo principal de todos lo es, LO MÁS PRINCIPAL DE TODO, ASÍ, CLÁUSULA UNIVERSAL) se sentiría Alejandra en la imposibilidad de corregir lo que quemó.... o ya le quemarían otros, una vez muerta. Llegados aquí. ¡¿A qué pánico por morirse y dejar una.. ¿obra? más cucaracha que el bichejo de Kafka, una obra, como él recomendando en su agonía: "quemadla"?! ¡Y sobre todo después del gran episodio de la Epifanía o Nuevo Nacimiento de Carmen: ALEJANDRA PIZARNIK SE LE APARECE... Ella sí... ¿se lo está pasando en grande en el otro mundo? He aquí la incertidumbre de Heisenberg constantemente actuante o el gato de Schrodinger vivo-muerto: SE LO ESTÁ PASANDO EN GRANDE, ¿SE LO ESTÁ PASANDO EN GRANDE?
(Así concluia el artículo antes que me desapareciera, de nuevo lo mismo que con el artículo dedicado a Marbella y su "paraíso fiscal" , del archivado a las 3,30 de la madrugada:
¿Y mi casa ocho, el amor llama a tu puerta, muerte, presidida por Venus? La Muerte llama a tu puerta, Amor. Hay que joderse Sombra, ¿quién, tú o yo? ¿Quién el Amor de la Muerte, quién la Muerte del Amor?
Mañana más.
# posted by Carmen López Iglesias Patente @ 3:38 AM
Pues hoy más:
La diosa del amor presidiendo mi casa de la muerte, está claro quien es el amor de la muerte, que tú misma dijiste de ti, vos mía, dado que vos era sin lugar a dudas yo: En mis poemas la muerte era mi amante y mi amante era la muerte. Sin embargo en su carta: la diosa del amor está a la entrada del Jardín de las Delicias, la entrada de su rósea carne alma, cual arcángel y su espada flamígera. Sensualidad sensibilidad en el lumínico Jardín de todas las sorpresas, alma mía de carne, madre amor mío mujer.
¿Siguen prefiriendo jugar al escrable?