Y al final, el gran endecadimensional Universo de la teoría de membranas, tan digno de Einstein o de las atrocidades mentales que también procuró la

física cuántica, universos paralelos, pues eso es la teoría M o de supergravedad: el gran bochorno de inventar infinitos universos para explicar uno solo, cuando no podemos explicar ni ése.
Y nos duele tener que decirlo si en la base de ese nuevo "paralelismo" universal anda una sra. de mucho prestigio precisamente por encontrar que la gravedad no es la que, o lo que en este Universo tenemos sino la que se nos cuela de nuestros hermanos infinitos, sra. conocida por Lisa Randall... Anda y la den. A ella, Einstein, y a todos estos demenciados físicos que no es que hayan perdido el sentido de la realidad física como le criticase Pauli precisamente a Einstein, sino que no se sabe ya ni lo que han perdido, pues encontrar, lo que se dice encontrar, hallarán bien poco....
Dos branas que ondulando se topan en la endecadimensión para producir de ahí el big-bang... ¡Y ya sabemos qué hizo el Universo! ¿? ¡Joder! El torticero dios resultó ser un par de membranitas que copulan o chocan en la onceava dimensión. Además el pobre desgraciado que inventase esa otra majadería conocida por inflación para salvar al big-bang de uno de los muchos escollos de los que no saldría si no fuese por eso, que una majadería se suma a otra... ¿y sabremos algún día salir?; y decía "pobre desgraciado" pues no recordaba su nombre, ahora sí, Alan Guth, resulta que este sr. dice ¡¡¡HABER PROPUESTO LA CREACIÓN DE UN NUEVO UNIVERSO EN UN LABORATORIO!!! ¡Excelente pollastrez! Pues sí: Puede que debamos a imbéciles como éste aquello de la creación, por ello dios torticero o demente inmoral.
Pero si he de ser sincera y no molestarme sobremodo, toda esta perogrullada a la que ponen pies con esas sus cabecitas, que diría el amigo Punset, desde la matemática sirviéndoles de espejo donde recoger su imaginación en formulitas, toda esa perogrullada, pues en realidad se trata del todo-saber del inconsciente colectivo al que por inducción, deducción, intuición, fórmulas matemáticas, espejos de los que extrae la imaginación sus contenidos, tenemos acceso, toda esa perogrullada coincide con mis propias perogrulladas que, eso sí, no aceptan la milonga de otros universitos, a no ser que reconsideren los mismos como las capas de cebolla de todo lo que ha sido vivido y vivirá en éste, que esos otros universos son la piel muerta de todos nuestros cementerios, ya cósmicos, ya terráqueos, todos los astros muertos y todavía no sidos, todos los que vivirán, han vivido.
Y once dimensiones.... En realidad no sabemos para qué. Bueno, pueden construirnos un Universo nuevo que alega el memo de Guth, y entonces a cosa hecha ¿quién tendrá objeción ninguna? Pero si no hay tal, ¿para qué sirve el paralelismo de esos universos? ¿De qué muerte anunciada nos salvará, de qué miseria, de qué extinción colectiva?
Aunque con estas cuerdas, partículas de materia, que dejan de ser cuerdas para convertirse en las membranas de su teoría, se obtiene semejante fantástica visión: al contrario que el átomo, un inmenso vacío en el que sobrenada un punto conocido por masa, o núcleo, ni recordarnos siquiera de los electrones de lo nada que son, aquí el todo es un todo material, toda masa pegada a toda otra, ¿cómo no sería el tirón inercial de bastante más importancia que el simple y directo gravitacional entre cuerpos cercanos?, si todo está cerca, tan cerca que unido, membranita flotando en lo oncedimensional... ¡¿Y a dónde carajo se fue el vacío de nuestro Universo, tan tan, que como descubrieron Huckra y Geller, si sumamos inmensos vacíos bordeados por galaxias, a inmensos vacíos, puede que la teoría del big-bang no sea correcta, que dijo el primero?!
Membranita flotando en lo oncedimensional... Y se me hace de lo más molesto, pegajoso, pensar que tengo anejo a mi pielecita a alguien más que Alejandra Pizarnik. Soy así de restringida, más que ambas relatividades no la primera solamente, qué le vamos hacer.
Todo ello por no buscar ese golpe instantáneo de la gravedad unificando de veras lo electrodébil-fuerte con la misma, al igual que Maxwell encontrase la velocidad de la luz en su fusión del electromagnetismo.
Hasta que esa fórmula estilo Maxwell llegue, despidámonos de paralelismos universales o universos paralelos o creados en probeta. Hasta que esa fórmula estilo Maxwell llegue, para nada las ondas de la curvatura einsteiniana viajando a idéntica velocidad que la luz. Y nos enseñará algo que ya conocíamos, pero que hasta ese preciso momento no sabremos manejar: Mi capacidad de ser entre los Aparecidos, su capacidad de ser ellos aquí. Ellos sí universos paralelos, y no se crean que cuando su fantasmal tejido o membrana se choca con nuestro igualmente tejido fantasmal, emerge otro universo. Llanamente habla a mi oreja Alejandra Pizarnik diciéndome con su voz y lenta y grave y triste aquella salutación arcangélica interdimensional, o inter-membranas del Vos no está sola.
Y estoy recordándome de lo que me dijo la amadita en una de sus aproximaciones o emergencias (mi urgencia del rocío) oníricas o crepusculares dentro de mi propia cabeza donde ésta apresa mi alma: En el acelerador de partículas de tu cerebro, yo soy la respuesta.
Divina respuesta, partícula divina ella sí.
Ella es la respuesta, ella es lo que será mi cerebro en el futuro, alma libre de su estrecha roca.