Algo que no se os ocurra aprender jamás, si vais a tener q desterrarlo aun antes de haberlo aprendido. Dice un profesor psiconeurólogo, para darle más

pisto a su psicología, el sufijo "neuro", de la Universidad de Bristol, uno de los muchos entrevistados por el sr. Eduardo Punset, y lo anota Punset en su libro "El alma está en el cerebro" en un apartado de lo más mediúmnicamente (para esto que digo) titulado: "Un cerebro de andar por casa".

Pues con este cerebro de andar por casa, debieran ser las cocinas o los retretes, digno hogar de tanto "psico", se añada el "neurólogo" atrás para darse prestigio, o se añada el "quiatra" para garantizarse un sobresueldo tan necesario en nuestra época de solo pistos; con este cerebro dice el tal Richard Gregory, así se llama la lumbrera: "No es verdad que el cerebro esté hecho para buscar la verdad. Es otra de las ideas aprendidas que deberíamos desestimar (Y esto no lo tengo muy claro si lo dice el sr. Gregory y Punset lo repite de lo más crédulo, o se lo añade Punset para rematar al tal Gregory de idiota) El cerebro no está hecho para buscar la verdad sino para rellenar sobrevivir."

Será por ello la extensísima lista de masacrados por sus ideas, tanto creencias religiosas como científicas. Desde Hipatia a la que despedazaron con conchas una legión de fanáticos santos padres fundadores de la iglesia católica de Cristo, hasta Galileo no metido en la pira de leña como sí a Giordano Bruno, o la iglesia protestante calvinista quemase vivo a nuestro Miguel Servet sólo por exponer sus ideas al respecto de la circulación de la sangre que luego harían famoso a otro protestante fuese de la iglesia anglicana, pues inglés, no metido en la pira de leña por viejo achacoso que debió retractarse de sus pensamientos para que le perdonasen la vida.

No. No aprendamos esa aseveración descerebrada del "ilustre" neuropsicólogo o al revés, pues ya ven que antes de planteada por el tal pequeño cerebro ni siquiera digno de estar en las cocinas, aunque tenga casa, y se supone que magnífico domicilio de lo bien que remuneran todas las sociedades a los peores ejemplares humanos de las mismas; pues ya ven que aun antes de planteada por la "lumbrera" casi con antelación de milenios está desmentida. Lo cual no deja de ser una afrenta a Hipatia y tantos que perdieron de modos tan horribles sus vidas (sobre todo si mujeres) en nombre de la Verdad, el que este "ilustre" de sólo nuestros días diga que el cerebro humano no está hecho para buscar la verdad.

Y después todos estos descerebrados ilustres, creando escuela. Otro psicólogo, esta vez español, su nombre de también "ilustre" o ilustrillo: Ramón Núñez, "que tiene la profunda convicción de que la verdad es una invención humana como la utopía", "no necesitamos la verdad: necesitamos algo que nos sirva para ir tirando.... para vivir no necesitamos de ninguna verdad, necesitamos una continua búsqueda de equilibrios entre nuestros deseos de placer, de comodidad, de bienestar, de paz (no importa si la paz está basada, más que en las guerras, en los continuos ríos de sangre de los destinados al sacrificio, masacres que procuran los que como el "docto" que aquí se expresa, sólo buscan su placer su comodidad sea a expensas de los diamantes robados al África, u otros robos que aquí mismo en el europeizado primer mundo, y con ello expoliado el futuro, ninguno, de los destinados a las masacres) de amor, de todas esas cosas que son palabras que simbolizan nuestros deseos." : ¡Pues aquí tienen la filosofía de todos los amorcillos blogueros que circulan por las mundiales bitácoras! De algún sitio habrían de sacarla: de los que conducen sus almas de borregos acomodaticios desde los sagrados púlpitos de lo psicológico ¡sobre todo si neurólogo!, título último que pareciera darle base física a todas las UTOPÍAS, LAS DE ESTOS IMBÉCILES SÍ UTOPÍAS, SÍ IDIOTECES SIN FUNDAMENTO, A TODAS LAS UTOPÍAS QUE PERGEÑAN COMO CONOCIMIENTO PSICOLÓGICO INCONTESTABLE.

Y los auténticos deficientes mentales llegaron a doctorarse: Y habremos de vivir por los siglos bajo esa tiranía de la debilidad mental patroneando el barco humano tan destinado al naufragio.

Remata el sr. Punset de su propia cosecha: "La curiosidad nada tiene que ver con la verdad" ¿? Sin la verdad por la cual tantos pagaron el precio de su sangre, ¿hubiera escrito él ni nadie libro alguno, si la verdad no es el fruto obtenido de esa búsqueda que ahora quieren reducir al baratillo de llamar "curiosidad", sí como esa, curiosidad cotilleo, que se interesa en los otros, o en lo que se interese, sólo por el afán destructivo de eliminarse del mercado la competencia y hacerse con los resultados del prójimo obtenidos en esa subasta o reparto de sus pertenencias?