Fandangos con la vejez más sabrosa o solera (Sigo con mi "¡Ríete Bárbara!")

Véase el de "Doña Francisquita",
digo, óigase.
Pero al que me refiero es aún más viejo:
"Fandango" del sacerdote llamado padre Soler.
¡¿Un cura con un fandango y en el siglo XVIII?!
Luego quieren que corra el aire en el vox pópuli
que atribuye a cercanías
de conventos de ambos sexos
tantísima... fandanguería
incluida descendencia.
¿Pero acaso lo ocultaron los prelados señalados
construyendo apartamentos a sus queridas
dentro mismo de las catedrales,
por allí correteando los bastardos del Obispo
mientras con toda naturalidad, es un decir,
se canta misa?
Bien, es un decir que las misas sean naturales;
pero ¿acaso no era de lo más entrañable
todo un obispo arzobispo amenizando con rorros
soponcios catedralíceos?

(Es imposible enlazar aquí a Youtube. Vayan al margen izquierdo para oír el "Fandango" del padre Antonio Soler. Tiren la tira cómic pa'bajo y ahí estará, no pongo a la cabecera)

Y aquellos prelados de la curia romana en el Renacimiento y después, y en el Medievo y antes, con sus toda una casa dentro de las catedrales para instalar allí a sus queridas y a sus bastardos, bien venía de idéntico procedimiento utilizado por los sumos sacerdotes de los cultos paganos y su pastoforio: habitación o habitaciones privadas para ellos en los templos.
Me leo en un cuadernito, ¿de hace quince años, más?:

Metida en mi pastoforio
cual Sumo Sacerdote de la Fertilidad,
metida en mi habitación
a ese mundo me dirijo
mundo de falsas creencias:
Espantapájaros del calvario
echa a volar con tu cruz
como Ave del Paraíso que eres
Alas de Final del Mundo.

Se está muy bien en esta privacidad
de nuestro fértil intransferible pastoforio:
Os deseo ese silencio,
ese universal silencio
que precede a la Palabra más pura.