Entre dalias y camelias, confesiones

Otro poema mío de cuando tú vivías ---Hay tantos que podría llenar todo internet con ellos, os podría colapsar a blogs o diarios todas las telecomunicaciones--:
SE VE
La muerte y la tristeza de los unos
es la vida y regocijo de otros:
Nunca como en las guerras,
nunca como en los partos
(Ahora añadimos, al cabo de 33 años: Nunca como en internet.
Y por lo que sigue, este poema fue escrito a raíz de un dato de lo más documental
de principio de los años setenta)
Por cada 3.333 nacidos vivos:
mujer que por parir, da su vida,
mujer que por parir, muerta
(Hoy eliminaríamos lo de DA SU VIDA,
que preñadas la mayor parte de todas ellas, y entonces y ahora, por obligación, por fuerza, no por propia decisión, capricho, disfrute. Así pues, a secas:
MUJER QUE POR PARIR, MUERTA,
MATADA)
Y no será el espíritu del nacido
más deseable, más importante, que el de la muerta...
Justo al contrario puede ser
(Seguro que pensaba en el género masculino que posiblemente la muerta hubiese podido parir para desgracia y muerte de otro útero vagina esclavo, pasto de prostíbulo, familiar el peor, o peor si muerta por parir otra carne de más cañón cementerio que en las guerras, otra hembra como ella)
"¡Viva, les acertamos, les hundimos!"
Gritan en las películas remedo de la vida real
los mutilados y mutiladores soldaditos
paridos por esas mamaítas
muerta una por cada 3333 nacidos....
Nunca como en las guerras.
Y sobre todo NUNCA COMO EN LOS PARTOS.
SE VE
la muerte y destrucción de los unos
vida y regocijo de otros.

Hoy ¿cómo andarán las estadísticas?
¿Cuántas muertas pariendo por cuántos nacidos?
Si de 33 años lo escrito,
comparen a lo mismo, por ejemplo, la evolución de la moneda, carestía de la vida...
¡O el precio del kilo de ajos!
Entonces ¡¡a (33) 40 pesetas el kilo de ajo sras!!, lo tengo aquí escrito.
¿A cuántos euros hoy?