Tomad y comed éste es mi cuerpo - Del libro que deshojo o tiro por aquí, lo mismo da q en el vertedero de cualquier papelera, idéntico de mis cajones

...Aunque ya no me desojo; eso sí, me quedo más ciega. Del libro llamado con el nombre secreto de la Pirámide: "La Voz que sale". Puede ser la voz que se hunde o atomiza por las innúmeras, amén de inmundas, alcantarillas, de los océanos cósmicos, o cómicos si se navega sobre el principio no de Arquímedes de lo informático. ¿Desplaza el agua? ¿Qué agua se desplaza aquí donde todo tiene por finalidad hundirte de lo vacío? Todo te revienta sometido a la descompresión, DESCOMPRENSIÓN, de tu organismo, seas una triste hojita ahí arrojada como la capa al charco para que pises morena y hasta si rubia.

Y esta es la particular voz que le salía al determinado poemita así titulado

Tomad y comed éste es mi cuerpo
Estar como devorando al Amor,
y ello literalmente:
La manzana me sabe a carne de tus huesos.
Me sabe a carne de tus huesos
Gema preciosa duro Diamante
que parte el diente sólo marfil.

Ser como el aire que hundiese dedos,
no sólo el diente,
entre cabellos que ocultan cuellos
de su diana.
Pero ese aire que es tan discreto
que abraza el cuello para cubrirlo
no desnudarlo;
no te me pienses que juego al juego
de descubrirte las desventajas
para acertarlas de ojo halcón.

Es rodearte con este aire que es tan de júbilo,
está encantado por decorarte
éste mi espíritu decorador.

Eres aquello que me desciende,
mi Ka en tu puerta mendigador.

¿Que no me abres,
que es tanto el frío al que abandonas este Ka torpe
que quiso puerta
Gema o Diamante de un corazón?
¿Frío de errante desencarnado
mientras te abre de parte a parte
mi diente hundido por tu manzana?
¿Quieres que escupa lo que me cierra?
¡Cómeme tú!
Hunde tu diente
a ver si alcanza así a encontrarse
su Ka, o su algo,
si es que lo tiene.

He aquí el mundo con su misterio:
El Otro Mundo ya sin misterio
quiso vivir entre nosotros
y encontró puertas que no se abrían,
siéndole al Ka en su eretismo,
máximo Amor,
condena a muerte desencarnado.
¿Cuál sea el diente que pueda hundirme
tu disfunción?
Lo que sí puedes es conducirme
donde decreta:
Un panteón,
un panteón para todo Amor que desciende
por estas puertas que no se abren
edificado.
¡Qué monumento!
¿Y este edificio cierra las puertas
a lo que estuvo comunicado
o debió estarlo,
todos los mundos que están en éste
si alguien no cierra
puerta por puerta su percepción?

Y así te miro como te lleva
ese autobús lleno de hormigas,
en el que no eres reina
sino una simple neurona más
que aplica órdenes de su vacío
que expende huevos:
otras neuronas
que en su afanarse por cerrar puertas
montan la duna de su casita
en su desierto de las hormigas
que crece y crece
volviendo tumba la Voz que sale
el Espíritu que quiso resurgir
descenderse
comiendo el cuerpo siendo comido
cual la manzana de la oración...
Del Principio.
Del principio de mi poema,
disertación a un cuerpo Gema cuerpo Diamante
que quiso el diente ir a estrellarse...
aunque es bien cierto que lo partió.

Pero la Duna,
y sea escrita así en mayúscula,
aun sin Voz que sale;
pero la duna....
que ni es la tumba del faraón.
Mi casa es grande:
Dice mi nombre,
a más innúmeros sean los granos de tu desierto.
Tomad y comed éste es mi cuerpo
¿acaso puede?
¿Hincar el diente lo que sin diente
aunque sí gema?
.....diamante hormiga.

Di-Amante:
Así jugaba con las palabras

Yo