"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






lunes, julio 21, 2008

A un invierno especialmente cabrón de hace más de treinta años (Miraré las estadísticas y así podré fechar el poema con exactitud)

(¡Fechado lo he! Qué rapidez. Y ni miré las estadísticas del frío, ahora consulto. 1977 año en que dieron el premio Nobel a Aleixandre. Al final del poema algo lo alude)

No sé si los calores de otros años
padecidos en el horno crematorio
(Madrid quevediano)
nos dejaban vacunada contra rigores de inviernos
que así no se sentían tanto
salida como estabas de la hoguera el cátaro,
o es la verdad que éste yela especialmente.
El caso es que estamos sintiendo
toda puñalada y mordisco
del perro rabioso frío,
cual si hubiese acumulado toda la saña
para soltarla este año
estrellarla en mis ventanas
traspasarme las entrañas
y habitarme la médula de los huesos.

O es la verdad que éste yela
bastante más que los otros....
Cual si se hubiesen unido todos los inviernos
para darnos mejor la batalla
de otra era glacial,
última que puede ser
y vencer el clima
vencer los elementos
(Qué cambio climático se mostraba ya una
a tan temprana edad para alarmas de este evento
cuando a Aleixandre nos condecoraron los suecos)

De un horno crematorio
a la Antártida;
y de la Antártida
a un horno crematorio:
Este es mi itinerario
y no soy judío ni glaciólogo.
No es lógico.
Pero el logos es el patos.
Pensar es mortal
casi más que el frío....
Niéguenlo los más
que viven de cara al culo.
Y lo que no está enfermo, enferme:
por exceso de calores o por rigores del frío.
Vamos, la miseria en definitiva.
Etcétera y termino con tanto término
que carámbanos se me vuelven
no bien los pronuncio.

Queja de colegial en el Vicente Aleixandre,
sus antípodas
(Desde luego que después de aquello, premio Nobel para Aleixandre, pusieron su nombre a tantos y tantos colegios patrios, y más que pondrán)
Nadie más en las antípodas del lenguaje
que una y este caballero.

Ahora que lo paso aquí este poema ¡cuán mi otro muerto por la Poesis se me aparece, mi otro muerto de hambre y necesidad, de abandono de los suyos, de abandono de todo, sociedad que decreta la inexistencia social no sólo de la mayestática Poesis sino hasta de las purrelillas de sus hermanas menores poesías, cuán cuán, aquel al que plagiase hasta Einstein aquello de dios no juega a los dados, aunque él dijo que sí jugaba y sí hacía trampas, ese dios; cuán el que se murió del aguacero de la miseria allá en París, allá en Buenos Aires, aquí en Madrid, y da igual el año: los mismos atropellos a repetirse sobre la indefensión del alma no tienen edad.
César Vallejo
Alejandra Pizarnik
Carmen López
¡¡Presentes!!
Muertos de hambre, miseria o aguacero
o fríos polares hornos crematorios.
Y Alejandra Pizarnik no fue menos profeta consigo,
que ya también supo León Felipe el estrecho parentesco de lo que en definitiva son idénticas voces:
Antes se nos llamaba profetas, ahora poetas... Poesa mía.
Escribió Alejandra: Si me amas, lo sabré aunque esté muerta...
Y aun después de muerta te seguiré buscando Amor mío perdido
Proyectada al regreso cúbreme con una mortaja lila
y cántame una canción de ternura sin precedentes
Y si fue ella profeta y yo tengo mala memoria para la propia riqueza de mis pobres escritos tan maltratados como una por todos, vallejianamente dicho:
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros...

¡que olvido lo que escribí para Alejandra en "Solo veo rosas" noviembre de 2005:
Alejandrita profetizando y no precisamente en el "Monte Caramelo" (Mi sueño terrible del viernes antes de tu muerte y tú profetizándote lo mismo):
Y cuando lleve un gran tiempo muerta,
sé que mis huesos aún estarán erguidos,
mis huesos aún estarán erguidos esperando:
mis huesos serán a la manera de perros fieles,
sumamente tristes cimas del abandono.
Y cuando recién muera, cuando inaugure mi muerte,
mi ser en súbita erección rectará petrificado
en forma de abandonada esperadora
en forma de enamorada sin causa.
Yo te vi, eras tú, en aquel sueño mío del viernes 22 de septiembre de 1972, la hermosa mujer que muere en la Tierra del Fuego, te vi reptar con una antorcha en la mano, como tú tanto te describiste en tus poemas, una antorcha en la mano buscándole por todos los desiertos del mundo, a tu Amor mío perdido. Reptando por aquel túnel debajo de la Tierra las uñas y hasta los codos buscando salir de allí. Y alguien te prometía, una voz en el sueño: -Saldrás por un momento y si no encuentras el Amor volverás aquí para siempre... Y yo no pienso dejarte ir sin que me lleves, aunque a veces parezca que no estás, aunque a veces quisiera arrojarte lejos cual si me desease un exorcismo.

¡Y miren qué etiqueta tenía ya para plantarle a esto:
Poetas vacas flacas o vacas que ríen.
Ni que decir que Aleixandre, sobre todo año de su Nobel, era la vaca que ríe o gorda
y una la famélica a más kilos hubiese ganado con la edad.
Sigo siendo vaca flaca, vaca de la India, por muy sagrada,
que hasta la hora de su muerte mugirá de frío
¡qué helor por estos bajíos cecos mondos!
Un enlace con las palabras premonitorias para él mismo de César:
Me moriré en París con aguacero un día del cual tengo ya el recuerdo

Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo