Por mucho que te admirase en tiempos, ni siquiera tu palabra merece la molestia que me estoy tomando en perder mi tiempo con tal de asomarte aquí,

tampoco es que te haga un favor desmedido (quitado lo desmedido del valor de mi tiempo) publicitándote desde aquí. Pero como decimos en el epílogo de libro que tu poema conforma sr. León: Los cuatro que te habrán leído, si es que llegan, ¡o hasta: los dos que se enteraron de lo que leían! Así pues, si al menos para eso valiese el tiempo que a una se roba hasta trascribiéndote (allí en mi libro o jota o marcha fúnebre por la España subastada, que al menos por ella pagan algo, no así por el Salmo, que a ti, sr. León, te gustaba, y cómo no, masculinizar a la gran diosa Poesis, fuese sólo por huir de que alguien te considerase otro integrante más del lenguaje semen viejo hueso que despista) o escaneándote aquí para esta gentuza; si al menos para eso sirviese: que uno más te leyera enterándose al fin de lo leído
Vuelan sobre tus torres y tus campos
todos los gavilanes enemigos
y tu hijo blande el hacha
sobre su propio hermano.
¿Comprendió alguien mejor a la gentuza española que León? Los moros pidiéndonos (más bien exigiendo del calzonazos que se las dio siempre de chulo, como en Chile, Argentina, México etc, siempre de chulo machista hispano, perdonavidas con sus propios hermanos, o genocida de ellos, y un gran maricón a la hora de defender lo suyo como para muestras válganos un Peñón o unas Malvinas) Ceuta Melilla las Canarias Granada y Rajoy y toda su panda esgrimiendo el hacha de degollar a Zapatero.
Español
más pudo tu envidia
que tu honor
y más cuidaste el hacha
que la espada.
Tuya es el hacha, ¡el hacha!
la que partió el imperio
(aunque no estemos más en desacuerdo con León en esto del "imperio", todos unos fratricidas, genocidas, asesinos, rapiñadores)
y la nación,
la que partió los reinos,
la que parte la ciudad
y el municipio....
Lo demás que continúa, familia, grey y padre, ya pueden sospecharse el asco, pues el pútrido olor a semen viejo de los terminitos, ni cito.
Españoles parte-todo sin lugar a dudas,
¿dado lo tan aficionados que son ellos a dejarse partir el culo por anglos y ahora otros moros africanos?, a los franchutes sí les dimos pa el pelo cuando se pasó el Napoleón de la raya de los Pirineos; ¡¿pero eso porque estuvo allí una tal Agustina desde el reino de Aragón recibiéndolos a cañonazos, o echándolos, como las gaditanas de la más ¡Viva la Pepa! de todas las Constituciones, a cuchufletas pedorretas y a coplas?! Pues sin dudar.
Esta vez pierden todos, caballero
(No debieran dejar de repetirse esta estrofa todos los mandatarios y sus acólitos de los países hispanos a los que tan excelentemente cuadra, no sólo España... Aunque tampoco describe mal a la URRSS, que por no ser ya ni es, o sea a lo que queda de ella, madrecita Rusia a cuánta gentuza alumbraste y el que te quiso hacer el mayor bien fue utilizado desde Occidente para desmembrarte, pobre Gorbachov, borracho miserable y sin escrúpulos el que le sucediera):
el que se esconde
y el que huye;
los jugadores de ventaja,
el tramposo,
el garitero
y el matón.
¡Y el hacha es la que gana!
(También en la pobre madrecita heladora Rusia)
Cobraremos todos en arena,
todos, hasta los muertos
(que los únicos que cobran, pero en moneda,
son los listillos mismos de siempre
y su franco y su dólar y su libra, su marco,
aunque ahora algunos de los mismos se disfracen de euros,
sta. democracia todos disfrazados, estamos en Halloween)
Esta vez pierden todos....
Hemos bajado el último escalón...
el que acaba en la cripta
(Y puede el mundo aplicarse esta profecía. Digo ahí en mi epílogo al libro "¿Cuánto por España?". Pero ya quisiera aplicármela yo, que se cumpliese uno de los sueños que tuve cuando a ella la morían, anochecían, en la otra infame patria, Argentina, septiembre y 1972, sueños salvados de haber pasado directamente a la inexistencia por mis artes taquigráficas: Yo en la cripta, sótano y sus enterramientos rituales lacustres de aquella torre, alumbrados con velas, diciendo, gritando más con la Fuerza Interior que con la voz desgarrada: ¡Ven, ven! a un etéreo fantasmal hermoso angelical, mujer, ser que desciende desde lo más alto de la misma, sin descender los peldaños como nosotros sí mordiendo el polvo, sino por su escala de luz )
Y termina León:
La negra pantomima fratricida de España
la vio Túbal-Caín,
es vieja como el mundo,
como el odio y la envidia...
y hoy la enciende y la paga
el empresario
(A lo que yo añado en la estrofa, de un muy perverso modo, pues confundo:
empresario anglo-franco-deutsch, las aldeítas, repetimos, del mercamiente mercasesina)
Esta vez pierden todos.
Qué falta haría que cobrasen todos en arena.
Qué bien mi niña, si todos muertos.
Lenguaje semen viejo hueso que despista (tú uno de los menos huesos hipócritas, sucio lenguaje semen, León) frente a Palabo Pizarnik, la Palabra más hija de los reyes, y su rendido Verboto.