"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!






miércoles, febrero 10, 2010

Si lo vives, no lo escribes (Rebelión es mirar una rosa sangre)

En mi frase mejorada de la Fuertes, en un parlamento con ella, ha ya años (lo testimonien los que lleva enterrada) dicha ayer en http://victimasdemocracia.blogspot.com/2010/02/no-existen-mas-que-dos-reglas-para.html

Si fuese dios, o si alma de otro mundo con derecho a estar en éste, digo por lo de abarcar, iría blog por blog preguntando, fama que nos ahorraría ese trasiego, subirnos a algún lugar alto, cima del mundo que no esté cogida, blog por blog, o autor por autor vivo, libro por libro, sumen a la legión de escritores conocidos, la mucho más amplia de desconocidos aunque sigan viviendo de su pluma, y la mucho mayor de los que sólo publican aunque no vivan de ello, ¡más los más de cien millones, camino hacia los doscientos (explosión exponencial demográfica de lo palabreril, o palabramante, o palabraconociéndote-conociéndome-conociendo el mundo o la ciencia, ciencia del bien decir que es las letras o del callarse y obrar que es la ciencia en sí, no la infusa que suele ir tan atada al verbo verso)!; iría preguntando ¡Desde aquí les pregunto!, como si fuese ese lugar alto que quedó reducido al ruin balcón de la fama:

¿Qué no vivimos hermanos
para que tanto escribamos?
y da lo mismo si poco.

¿Y podría responder yo a mi pregunta? Es lo que tiene saber preguntar o preguntarse, la mente interrogativa, inquisitiva (no confundan con inquisitorial, su antónimo) Pues sí, sí lo sabría, si sé:

No vivimos la vida o de la vida
sino de aquel sucedáneo truculento-
tramposo que nos endosaron,
que se endosaron los tontos a sí mismos,
los tontos, gentes con tanto poder,
y, mediando ese poder,
a los demás obligaron, condujeron,
ese pastor, famoso, poderoso, ciego
que va derecho al abismo
arrastrándonos a todos.
No vivimos la vida,
esa que sabe de sí misma que no muere
y quizá no hubiese ni necesitado
de los adelantos del conocimiento biológico,
ni químico, ni físico atómico,
ahora de partículas
-¡y todavía inspeccionan más allá:
cuerdas, otras dimensiones, otros universos!
Aunque para mí que esta última inspección
es más que nada la ceguera con la que limitan
por mucha resolución que den a sus microscopios aceleradores,
telescopios en órbita-

No vivimos la vida, no estamos vivos.
Somos un muñón, amasijo de mentiras injusticias,
silenciamientos,
¡escribimos de lo que nos silenciamos,
de lo que pretendemos y exigimos
que se silencie a los demás!
Estamos muertos
y no precisamente en el camino de Potsdam, suicidio,
estamos muertos más allá de lo que pudiésemos darnos cuenta,
¡de lo que quisiésemos!, de lo que nos dejamos,
dejaremos querer o averiguar.
Estamos muertos, o lo somos,
si el fruto de nuestras manos es
un mundo torpe y miserable
que se autodestruye
y sabiéndolo, ¿acaso lo remedia?
En un mundo con la mayoría ya de edad global alcanzada
cohabitando con lo siniestro de las guerras,
con las provocadas ruinas,
con la ninguna esperanza para cientos de millones
de sus criaturas,
esas que cayeron en las peores garras del silenciamiento y la masacre.

Y por eso escribimos:
Pues no lo vivimos.
Solución que pongamos al planeta que se autodestruye,
¡LO AUTODESTRUIMOS!,
¡Solución que a las hambrunas, que a las guerras!
¡Y estaría en nuestras manos!
Si estos cientos de millones de manos que escriben,
escribimos,
encadenados a nuestros teclados
(hay que ver las prisiones modernas que se han dado,
para meternos,
para tenernos controlados, vigilados a todos,
estos del poder con las nuevas tecnologías
sólo para sus manos sucias,
sucio control)
¡NOS PUSIÉSEMOS A LAS PUERTAS DE SUS MANSIONES,
de los palacetes de esos que provocan las crisis
para que los demás las padezcamos
(otra forma sutil de control alternante,
esta de ahora, la de hace diez o veinte años
y a mí se me llevó por delante
aunque tantos de ustedes aún respiraban
y ahora les tocó),
NOS PUSIÉSEMOS A LAS PUERTAS DE TODAS LAS CASAS DE GOBIERNO DEL MUNDO
DICIENDO "BASTA YA"!
¿Pasaríamos a estar vivos?

Desde luego que sí,
si ese "basta" se tradujese en concentraciones
a las puertas de los ladrones y asesinos de hoy,
y no como en Argentina (mucho peor aquí que ni las hubo,
otra cosa que nos robó la transición,
otra suciedad más que veló bajo su tapiz tramposo
de prisa por posicionarse en el poder vacante),
a las puertas de los ladrones asesinos generales de ayer
que mientras escuchan las caceroladas,
seguro que ya enmudecieron su eco,
se dicen lo de Góngora:
ande yo caliente
con mis millones en Suiza
y alborote esta gente.

Sólo seguimos viviendo
la mala vida que nos dan
mi querida Alejandra.
¡Y qué me importa a mí
si hoy dejan casarse a los homosexuales,
y Rodríguez Zapatero casó al gay y la lesbiana
(este hombre que será más conocido en el futuro
por el que yo le nombrara,
dije en el diario que me obligó a borrar la injusticia,
el silenciamiento, en blogs.ya.com,
mi primer "Solo veo rosas" tuyo),
si hoy los dejan casarse y ayer los degollaban,
a mí misma, a mí,
si el mal ya se me hizo,
al borde de que sellen mi boca con tierra
¿tendré remedio?;
qué me importa si seguimos viviendo en lo mismo,
con las injusticias trasladadas de lugar, ejercicio, país!
¡Qué se me da a mí estas bodas
si todo se está muriendo bajo nuestros pies,
Tierra amenazada de Nueva Atlántida,
millones de pobres, hambrientos, desplazados,
sin esperanza alguna, de todo desposeídos,
sin puerta alguna que se les abra a ningún tipo de vida,
y lo digo señalándome a mí,
no me hace falta irme al África
para hacerle el juego a las Iglesias, los Estados,
para remediar con el limosnero,
ese del agujero en el fondo
que más de la mitad se queda en el camino,
esas las ayudas humanitarias!

¡¿Estamos vivos?!
Pero, ¡por dios!, o el diablo, o en lo que crean,
¡¿Estamos vivos?!
No habrá vida aquí, ningún tipo de vida,
mientras una sola,
¡y encima son cientos de millones!
¡somos! (me cuento entre los muertos,
entre aquellos por los que pasaron descoyuntándolos
cuantos carros del poder),
mientras una sola de las vidas
quede sepulta en el infierno
que los demás fuimos o fueron para ella.

Eso sí lo puedo asegurar.
Abandone toda esperanza
de salir de esta crisis
o de la que ya amanece
o con la que nos amenazan
sin acabarse ésta de ir;
abandone toda esperanza el mundo.
Si lo mismo que yo pensé no vivir más allá del 2009
(cuando otras pensaron que llegarían a vivir el 2002
y sólo lo hicieron sacando su grito de la Tierra
al cabo de treinta años de morir),
aquí, ya le tenéis, ínclito 2050,
fecha de mi centenario,
la catástrofe climática
que quizá incluso esté más cerca;
y a vuestros gobernantes ¿qué les exigís?
Si estáis viendo cómo los gobiernos reparten el dinero de todos
para los dedos torpes y avaros de la banca,
ese agujero roto por donde van a dar al mar que es el morir
del ninguna empresa es válida o acaba en buen puerto
cuando la avaricia;
si lo estáis viendo y ellos protagonizando
y tan sólo se escuchan varias voces diciendo
aquello tan sabio del "habría que dejar que los bancos quebrasen",
como nos obligan a todos a cerrar, nuestro futuro, nuestras vidas,
a golpe de ruinas sin asideros de gobiernos que nos refloten
el negocio de vivir no el de hacerse ricos;
y tan sólo se escuchan varias voces, muy quedas, diciendo,
así para ellos mismos, para que no trascienda,
para que no se emprenda:
"Deberíamos cambiar el modelo económico".

¡¿Y qué modelo económico cambiar?!
¡El que debió de siempre haberse cambiado,
no haber nunca existido!
Para que pudiésemos decir con fundamento
aquello de Neruda, "haber vivido",
¡habría vivido él!
antes de que cambiase la diplomacia
por la justicia que le segase Pinochet.
Este miserable modelo
que viene pudriendo el mundo desde que existe
sin revolución decente que lo degollase.

Y así es como vivimos amigos galeotes
remando en las galeras de nuestros teclados
o en las galeradas de nuestros libros,
yo aquí sumida en mi mar de papeles.
Estamos navegando en el barco fantasma de Titánic
sabiéndonos insumergibles, de flequillo para arriba,
cuando nuestras conciencias nos dicen,
nos gritan ya de puro estar tan cerca los presagios:
A sitio bueno ninguno camina esta soberbia
del gigante que dentro es trapos y fajina,
que dentro es muerte tan temida
que nos vamos ganando a pulso
con nuestro no movernos
con nuestro no habérsenos dejado,
no nos dejen, se lo permitamos,
lugar a donde ir.

Y aquí se quedan otros de mis tantos buenos versos
que debieran gritarse desde los terrados,
pues ni todos mis diarios en la red
para ellos serán jamás bocina.

Si lo vives, no lo escribes;
y vaya que lo estoy escribiendo.
Sea para exorcizar, para que no se realice lo que temo.
¡Y os salvó un poema el mundo!
... O un río de los mismos.
Mas yo lo cambiaba por salir a las calles
con la hoz de verdad y el martillo
que los comunistas desaprovecharon
sustituyendo zares azules por rojos.

Rebelión es mirar una rosa sangre

Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo